Dudas

Confieso que la derrota del pasado sábado me ha hecho algo de pupa. Bueno, más que la derrota en sí, lo que me ha creado algunas dudas ha sido la manera en la que hemos perdido este partido, sin poder competir contra un equipo que, si bien nos supera en tamaño, no considero que sea técnicamente mejor que nosotros. Era un partido para disputarlo (así lo hicimos en la primera vuelta hasta el último minuto) y lo cierto es que en ataque no nos salió absolutamente nada. Y eso crea dudas a cualquier entrenador; dudas del tipo: ¿estoy trabajando bien con el grupo? ¿estoy enseñando bien los fundamentos del juego? ¿Por qué, si trabajamos el tiro en la mayoría de los entrenamientos, luego no metemos en los partidos? ¿Por qué, si trabajamos la salida con bote, luego no nos vamos casi nunca de los defensores? ¿Por qué? ¿Por qué? Muchos "por qués".
Todo esto que os cuento me rondó por la cabeza durante las horas posteriores al partido. Suerte que tengo por norma darme un tiempo de reflexión antes de escribir mis artículos en el blog. Así, hoy puedo ser un poco más positivo y deciros que confío plenamente en mi método de trabajo y en la planificación que llevo con este grupo de jugador@s. Pese a la frustración que provocan este tipo de partidos, no hay otro camino que CREER en lo que se está haciendo y en cómo se está haciendo. Tan sólo espero que en próximas jornadas podamos hacer partidos más lucidos que el de ayer y se vayan viendo los resultados de los entrenamientos que, por otra parte, van a ganar en calidad gracias a que hemos recuperado nuestro "habitat" natural despues del fin de las obras en el polideportivo.
Del partido en sí ya he hablado de lo mal que lo hicímos en ataque (sólo tres canastas en juego y dos tiros libres), con muchos errores en tiros y pases y una excesiva pasividad en el juego posicional 5x5. Por contra y dentro de lo positivo, nuestra defensa estuvo mucho mejor que otros días y hubo pocos despistes, con lo que conseguimos que al rival tambien le costara mucho anotar hasta el último cuarto.
Y en este punto cometí un error justo antes de comenzar el período definitivo. En ese momento y pese a nuestro mal juego no había nada perdido. El marcador era 6-13 y tenía que haberlo utilizado para motivar a los jugador@s de cara a un último esfuerzo, dándole la vuelta a la situación ya que la sensación que flotaba en el ambiente era que perdíamos por muchos puntos. En mi afán de no dar mucha importancia al marcador perdí una gran ocasión de insuflar ánimo a mi equipo, pues sé perfectamente que le cuesta jugar al 100% de intensidad cuando no ve posibilidades de victoria. En esa dinámica negativa no hubo mucho que salvar del último cuarto: 2-14 y 8-27 final. Insisto, creo que esa no es la diferencia real que hay entre los dos equipos. Y mi conclusión final es que no sólo los jugador@s están aprendiendo cosas; tambien lo hace el entrenador. Saludos.

Adán