Los seguidor@s del alevín A de baloncesto no necesitan ir al cine para poder contemplar emociones fuertes. Cada sábado por la mañana su equipo les obsequia con partidos emocionantes, donde se alternan momentos trepidantes de juego con grandes lagunas de concentración. Nada anormal, que para eso estamos aprendiendo. En nuestra línea habitual, el sábado pasado cumplimos nuestro objetivo de la segunda vuelta en el último momento, cuando ya sólo los mas optimistas apostaban por nosotros. Tan sólo nos quedaba una cosa: competir frente a La Dehesa, que en la primera vuelta nos habían ganado 38-2. El reto, al igual que contra Revolution, era pelear cuarto a cuarto con la intención de llevarnos al menos uno. Esta manera de plantear el partido, que tan bien había funcionado en el pasado, no surtió efecto esta vez porque hicimos una salida de partido totalmente fría, dando muchas facilidades en defensa y estando muy imprecisos en ataque (3-14, primer cuarto). Poco cambió el decorado en el segundo cuarto (5-10, 8-24 al descanso). Estaba muy claro que si no poníamos algo más de corazón sobre la pista el partido transcurriría sin pena ni gloria para nosotros. Con el inicio de la segunda parte los jugador@s pusieron más esfuerzo y atención y el partido se igualó (en el juego, que en el marcador aún estábamos muy lejos, 13-30). Definitivamente, las dos últimas defensas del tercer cuarto fueron buenísimas y encendieron la mecha de lo que iba a ser un gran final de partido para nosotros. Si queríamos irnos satisfechos del partido nos teníamos que vaciar en el último cuarto y TODOS (porque los 10 jugador@s salieron a pista) lo hicieron: 15-6 para un 28-36 final. Y la pregunta que rápidamente surge es: ¿Qué hubiese pasado de haber jugado con esa intensidad desde el comienzo del partido? Pues que hubiésemos tenido opciones de ganar el partido, sin duda. En condiciones normales, La Dehesa es mejor equipo que nosotros, lo que pasa es que el otro día tenían pocos recambios en el banquillo y nosotros estábamos al completo. A mis chic@s les faltó CREER desde el principio y esta es la enseñanza que tenemos que sacar de este partido. Sin motivación somos un equipo flojo, que falla muchos pases y tiros, y que regala canastas al contrario con demasiada frecuencia. Con motivación la defensa mejora y aparece la concentración en ataque, con lo que los pases empiezan a llegar a su destino y los tiros a entrar en el aro. Definitivamente, cuando QUEREMOS podemos jugar bien y ser competitivos. Disfruté muchísimo durante el último cuarto del partido y espero que vosotr@s tambien.
Para terminar, comento algo que sin duda era un buen presagio para este partido. El viernes plantee un entrenamiento "fuera de carta", en un día sin colegio, y TODO el equipo respondió y asistió al mismo. Por supuesto, los 10 jugador@s asistieron al partido ya en plenas vacaciones de Semana Santa. Todo esto para mí tiene mucho valor.
Para la vuelta tendremos el torneo amistoso del día 6, la Copa de Primavera (tres partidos más para seguir aprendiendo) y la Semana Deportiva, así que "no se vayan todavía; aún hay más...".
Os deseo unas muy buenas vacaciones.
Adán
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