Tengo que comenzar hoy el artículo del partido de ayer entre
el Villaviciosa de Odón Amarillo y El C.D. Lourdes de cadete masculino federado
comentando lo difícil que me resulta escribirlo por lo vivido en directo y
poneros la miel en los labios ya que os habéis perdido una clase magistral de
pundonor y unas sensaciones a lo largo de todo el partido que, los que lo hemos
vivido, difícilmente lo encontramos pagando en la ACB. Tras muchas victorias curradas seguidas, llegamos a este
partido después de dos semanas esperándolo y para probarnos dónde está nuestro
nivel en esta categoría.
Esta semana ha sido muy difícil, muy tensa, con
entrenamientos muy intensos, con ganas de jugar este partido, con nervios, con
ansiedad….. seguro que más de uno no ha dormido bien la noche anterior al
partido. Jugar en Federación no es ir a los partidos a divertirnos,
la exigencia de estar federados supone mucho entrenamiento, ensayar jugadas,
conceptos, técnica, táctica y físico. Un gran esfuerzo y…. calidad. Sin ello,
jugar en un equipo federado se puede convertir en un calvario y la liga se hace
eterna e insufrible.
El exceso de tensión y responsabilidad se veía en el
calentamiento. Se masticaba en el ambiente y en la grada y tras lo ocurrido el
año pasado contra el Aluche A, que nos costó la liga, teníamos todos miedo de
estos factores y lo que le cuesta a este equipo entrar en los partidos.
El partido comienza, para nuestra desgracia, según lo
esperado. Parcial de 10-0 en contra. Un equipo contrario fortísimo desde el
segundo 1 con gran presión y técnica. Con una jugada preparada sacan a Oscar de
su zona en defensa individual y nos meten durante el primer cuarto casi todas
las canastas por el mismo lado. La táctica funciona, nuestros jugadores se ven
superados, no cogemos un rebote y aflora el nerviosismo ya que si no se arregla
urgentemente, contra este equipo nos van a hacer un roto impresionante.
Primer tiempo muerto pedido por Guille. Corrección de
errores y a luchar por maquillar el resultado. Difícil, muy difícil. Los chicos
abatidos, nerviosos consiguen a base de raza y lucha hasta la extenuación que
los contrarios no se vayan en el marcador. Quizás hacía falta un segundo poste reboteador que ayude a
Oscar y cierre el rebote, pero la tensión no permite verlo y la lucha bajo los
aros se convierte en una batalla.
Con las nuevas instrucciones del banquillo y la lucha de los
chicos, llegamos al final del primer cuarto 15-5 abajo. La sangría se ha
parado. A preparar el segundo con personales en los jugadores claves, desánimo
en la pista y la grada y, sobre todo, con el miedo de lo ocurrido el año pasado
que nos hizo perder la liga.
El segundo cuarto fue muy trabajado, se ajustó la defensa
aunque seguía faltando el segundo poste reboteador. La falta de Villanova se
notaba en exceso y la subida de balón y mando en las jugadas de ataque se
resentía. Sólo con un gran esfuerzo, ilusión, ganas y muchísima lucha se
consiguió terminar el segundo cuarto con la sensación de que los contrarios no
nos iban a humillar en el marcador. Los chicos empezaban a estar cansados,
pasaron de la tensión a la frustración, la grada hundida, la tensión se mascaba
y estábamos muy cargados en personales de los principales jugadores. A
descansar y aclarar ideas. El miedo sobrevolaba un pabellón helado y el partido
no prometía que nos calentáramos. Al decanso: 24-15 con ilusión por habernos
llevado el cuarto.
Comienza la segunda parte con un exceso de desconcierto,
nerviosismo y rigidez en los chicos que nos dejó más helados en la grada.
Cundía el desánimo, los contrarios, con el cuchillo entre los dientes querían
desangrarnos. Las defensas eran como los espartanos y nos llevaron a su juego
los contrarios sabiéndose que el marcador no lo igualaríamos y ahondando en las
heridas de la carga de personales en varios jugadores nuestros y en nuestra
ansiedad por igualar el marcador.
Producto de todo esto se desmoronó la mentalidad del equipo
y fallamos más de 50 pases por hacerlos por arriba, los chicos empezaban a
recriminarse los graves errores en los pases y el partido se rompió. El
desánimo ahondó nuestra cabeza, el frío penetró en nuestro cuerpo y se nos hizo
largo y pesado el partido, a todos, arriba y abajo. A pensar en el siguiente
partido. Final del tercer cuarto: 39-17 y nada que hacer.
Con éstas sensaciones, gran cansancio y enorme abatimiento
había que aguantar el último cuarto esperando que no nos humillaran. No se veía
ninguna capacidad de reacción y nuestra ilusión de ponernos terceros se
esfumaba. Guille no perdía la esperanza, animaba a los chicos y
corregía la táctica. Creo que es justo decir que era el único que creía. Comenzamos el último cuarto y vemos que los chicos salen con
el cuchillo entre los dientes. ¿qué ha pasado?, nos frotamos los ojos,
sube la intensidad hasta un grado indecible, la batalla se convierte en guerra.
Los chicos no se rinden y ya no hace tanto frío.
Un par de minutos después no da fruto el esfuerzo, se
mantiene la diferencia, nadie anota y agradecemos mucho a los chicos el
esfuerzo. Nos ponemos de pie todos, sólo se escucha una afición en el
polideportivo. Guille pide nuevamente tiempo y se la juega. Sigue creyendo,
evoca a la épica, cambia la defensa a zona y sube al equipo a presionar arriba
pese al gran desgaste físico que tenían.
El espíritu de Leónidas hace creer en la remontada a sus
guerreros y…… comienza el espectáculo.
Para los rivales se hace de noche, el frio se apodera de sus
cuerpos y de su afición, quedan poco mas de 7 minutos y seguimos 22 abajo, van
3 lesionados, dos del rival y uno nuestro. Los guerreros de Leónidas presionan todo el campo, roban
todos los balones, y, los pocos que pasan, se ahogan en la potente zona que
desarrollan los chicos, no penetran, no pueden lanzar excepto de exterior, el
rebote es totalmente nuestro tanto en defensa como en ataque, la euforia invade
el pabellón y comienza la remontada.
Puro espectáculo de altísimo nivel y lección del poderío que
saben jugar. todos animando, el rival hundido, impotente. La zona funciona, la presión ahoga la salida del balón rival
y van cayendo las canastas, los contrarios sólo meten un triple obligados al
tiro externo y el final del partido, tras casi dos horas de intensidad
consiguen bajar la diferencia a -12 puntos: 50-38.
Terminado el partido, el cansancio, la extenuación y la
rabia contenida en todos, ya que la zona desde el principio seguro que habría
metido a los chicos en el partido y no se habrían ido 10 arriba. El doble poste
en los ratos de defensa individual no habría permitido a los contrarios hacerse
con el rebote y el miedo al contrario superado.
La sensación es de equipo ganador, luchador, incansable y
muy implicado.
Un 10 para los jugadores que se han demostrado que pueden
ganar a cualquiera. Un 12 para Guille que se fue del pabellón pensando que la
culpa era suya.
¿Culpa? solo yerra el que apuesta y él en eso nos hace
fuertes, nada que objetar, darte las gracias por creer más que nadie en el
equipo, por ser un luchador incansable, por lo que das y lo poco que recibes y
por la lección que nos has dado.
Que tiemblen los rivales
Leónidas, que grade eres. La culpa es de los que no creemos
en ti. VIVAN LOS ESPARTANOS.
LOURDESSSSSS UA.
Ángel Toves
Delegado del equipo.
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