Este sábado 17 de enero de 2015 ha sido uno de los días que
más intensamente he vivido un partido de baloncesto de alevines.
Nos enfrentábamos el alevín femenino contra el Quercus y con
muchas bajas. Empezó el partido con una intensidad moderada e hicimos alguna
que otra entrada pero no entraba el balón en el aro, el caso es que llegamos al
descanso con una puntuación de 24 a 6 a favor del Quercus. Yo pensaba en que a
ver si conseguíamos que no nos cerraran el marcador.
Entonces se le ocurrió a Irene la feliz idea de decirles a
las chicas que ahora, en el segundo tiempo nos tocaba el campo con el aro
grande, ¿a quién se lo habría oído? Las chicas nos miraban incrédulas no
sabiendo si era cierto o no.
Empieza el tercer cuarto y las cosas empiezan a funcionar,
más intensidad, más acierto de cara a la canasta y los fallos del equipo
contrario que estaban aún más cansados que nosotros. Hubo un tiempo muerto y se notaba la alegría en las chicas porque íbamos remontando, y alguna decía que lo del aro era verdad. Llegamos al último minuto
empate a 30, yo a punto de sufrir un infarto, las chicas del banquillo animando
a tope, los padres nuestros gritando no se bien lo de “si se puede” o "podemos"
algo así, se les empezó a oir y a enmudecer a la grada contraria. Después de
hacer varios tiros a canasta y fallar nos hacen en el último segundo un ataque
y cometemos falta de dos tiros, yo tranquilo, suelen fallar los tiros en estas
edades. Tira y falla el primero pero mete el segundo después de varios botes
sobre el aro y termina el partido. Resultado final 30 a 31 a favor del
contrario.
Este partido aunque el marcador diga lo contrario, lo ganó el lourdes alevín femenino.
Algunas de las chicas estuvieron a punto de llorar pero
entre Irene y yo les dijimos que lo importante era que por fin habían hecho lo
que les pedíamos y con creces que es jugar con la intensidad que nosotros
sabemos que ellas pueden hacerlo y que de seguir así tendremos muchos más
grandes partidos y victorias. Ahora nos queda hacer buenos entrenamientos y
seguir con esta intensidad que por poco, muy poco, casi nos lleva a una
remontada épica.
Hoy sí que han demostrado que no son señoritas y si
GUERRERAS.
Miguel, segundo entrenador del equipo alevín femenino.
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